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Trastornos hormonales

TRASTORNOS HORMONALES

 

Conceptos preliminares sobre glándulas y glándulas exocrinas

Una glándula es un conjunto de células organizadas para segregar una sustancia. Cuando la sustancia segregada se vierte al exterior hablamos de glándulas exocrinas. Normalmente, esta sustancia se segrega a la piel o a las mucosas.

En el organismo tenemos muchas glándulas exocrinas con sus respectivas secreciones, entre ellas:

    • Sebácea                    Secreción sebácea
    • Sudorípara                Sudor
    • Salival                       Saliva
    • Lagrimal                    Lágrima
    • Mamaria                    Leche
    • Gástricas                   HCl (ácido clorhídrico)
    • Hígado                       Bilis
    • Páncreas                   Jugo pancreático        (Mixta)
    • Uretra y próstata        Líquido prostático
    • Bartolino                    Lubricante vaginal
    • Sinovial                      Líquido sinovial

 

Glándulas endocrinas y hormonas

Cuando la sustancia segregada se vierte a la sangre hablamos de glándulas endocrinas, y a la sustancia segregada la denominamos hormona.

Para el buen funcionamiento de una hormona tan importante es ella como que existan receptores a los que unirse. Vendría a ser como una llave que necesita una cerradura para actuar. En ocasiones, los problemas hormonales pueden ser por un exceso o un defecto de hormonas, pero también por un mal funcionamiento de los receptores hormonales.

El conjunto de glándulas endocrinas, hormonas y sus receptores forman el Sistema Endocrino. Éste junto con el Sistema Nervioso se encarga del control y la regulación del organismo. El Sistema Endocrino es un sistema muy jerarquizado y autoregulado.

Por otro lado, se define como secreción autocrina cuando la hormona actúa a nivel de la misma célula donde se produce. La secreción paracrina es cuando la hormona actúa cerca de la célula donde se produce. Y finalmente, la secreción endocrina es cuando la hormona actúa en cualquier lugar del organismo independientemente de donde se produce. Esto último coresponde al concepto clásico de hormona y su difusión se hace a través de la sangre.

 

Funcionamiento del Sistema Endocrino

La jerarquía y autoregulación se basa en que en primer lugar el hipotálamo (que pertenece al Sistema Nervioso) envía hormonas reguladoras que actúan sobre la hipófisis, que es la principal glándula endocrina. Ésta a su vez, envía otras hormonas reguladoras a las principales glándulas endocrinas: tiroides, suprarrenales, ovarios y testículos. Estas glándulas, finalmente segregan las hormonas que actúan sobre los receptores de los órganos diana.

Veámoslo con un ejemplo. El hipotálamo produce la hormona LH-RH que lleva información a la hipófisis. Ésta a su vez libera la hormona LH que llega a la glándula endocrina correspondiente, en este caso, por ejemplo, el testículo. Aquí, se estimula la producción de la hormona testosterona que actuará al unirse al receptor de un órgano diana concreto, por ejemplo, el músculo.

 

Modelo de funcionamiento autoregulado

Cada uno de estos órganos envía información continuamente a su órgano superior jerárquico. Así si una glándula endocrina produce poca cantidad de hormona su superior jerárquico (habitualmente la hipófisis) segregará más hormona estimulante para obligarle a fabricar. Si por el contrario, hay un exceso de producción hormonal, la hipófisis disminuirá la secreción de la hormona estimulante para que no se fabrique tanta hormona.

Lo ilustraremos con el ejemplo anterior. Supongamos que por el motivo que sea el testículo disminuye la fabricación de testosterona. La hipófisis lo detectará y aumentará la producción de hormona LH para estimular al testículo a que produzca más testosterona. Esto es lo que pasa en el llamado hipogonadismo primario. Esta palabra quiere decir hipogonadismo (disminución de la función del testículo o gónada) y primario, porque la causa está en el testículo. En este caso, unos análisis de sangre con unos niveles bajos de testosterona y altos de LH nos permiten diagnosticar que el problema está a nivel del testículo.

Consideremos ahora que el testículo funciona bien pero el problema está en la hipófisis porque envía al testículo menos cantidad de hormona estimulante o LH. En este caso, en los análisis encontraremos niveles bajos tanto de LH como de testosterona. Estaremos ante un caso de hipogonadismo secundario porque la causa no está a nivel del testículo sino de la hipófisis.

Y si el origen del problema estuviera no en el testículo ni en la hipófisis, sino en el hipotálamo nos hallaríamos ante un hipogonadismo terciario.

 

Un ejemplo paradigmático: la glándula tiroides

Entre los motivos de consultas más frecuentes por problemas hormonales están los trastornos tiroideos, los suprarrenales y los relacionados con los problemas específicos de la mujer.

De los problemas suparrenales hablaremos en el artículo “Fatiga y falta de energía” (Ver) y dedicaremos uno específico a los trastornos hormonales y reproductivos de la mujer. En este artículo, vamos a centrarnos en el tema de los problemas tiroideos que por su frecuencia e importancia en Medicina Integrativa bien merecen un protagonismo especial.

La glándula tiroides es una glándula endocrina situada en la parte anterior del cuello. Produce la hormona tiroxina o T4. Ésta a su vez se transforma en T3 que es la forma activa. La producción de T4 está regulada por la hormona TSH producida en la hipófisis. A mayor cantidad de TSH, mayor formación de T4, y a la inversa.

Para sintetizarse T4, tras recibir la orden de la TSH, se necesita de tirosina (con “s”, es un aminoácido, no confundir con tiroxina, con “x” que es la hormona T4) y de yodo (I). A su vez para formarse la forma activa Ta partir de la T4 se necesita de selenio (Se). Esta conversión de T4 a T3 no se produce en la glándula tiroides sino en los tejidos periféricos.

 

¿Cuáles son los principales problemas tiroideos?

La principal función de las hormonas tiroideas es la regulación del metabolismo y por ello, cualquier alteración de sus niveles, va a dar síntomas derivados de esta alteración metabólica.

Hipertiroidismo

Se trata de un exceso de producción de hormonas tiroideas. En los análisis encontraremos una T4 elevada y unos niveles bajos de TSH. La intención de estos niveles bajos de TSH es dejar de activar la producción de T4 que ya está muy aumentada.

Los principales síntomas son:

  • Perdida de peso.
  • Aumento del apetito.
  • Palpitaciones.
  • Nerviosismo.
  • A veces se puede confundir con un cuadro de ansiedad.

 

Hipotiroidismo

Tiene lugar ante una producción insuficiente de hormonas tiroideas. Lo habitual es encontrar una T4 elevada y unos niveles altos de TSH. El motivo es para estimular la formación de más hormonas tiroideas ya que se están fabricando pocas. Sin embargo, este esquema es muy simplista y a veces puede haber síntomas con niveles poco alterados de T4 y TSH. Esto se debe a que la hormona activa es la T3 y en ocasiones, los niveles de ésta pueden estar bajos o haber problemas de unión con su receptor en los órganos periféricos.

Entre sus síntomas destacan:

  • Aumento de peso.
  • Ritmo lento.
  • Fatiga.
  • Sensación de frío.
  • Sensibilidad al dolor.
  • Problemas menstruales.
  • Estreñimiento.
  • No confundir con estados pseudodepresivos o de fatiga crónica.

El hipotiroidismo es la alteración tiroidea que nos encontramos con mayor frecuencia. En las etapas iniciales apenas da síntomas, por lo que es difícil su diagnóstico y es mucho más frecuente en mujeres de mediana edad. No obstante, cada vez se ve en pacientes más jóvenes y también en algunos hombres.

 

Tiroiditis de Hashimoto

Se trata de una inflamación de la glándula tiroidea normalmente por causa autoinmune. Se producen unos anticuerpos que acaban atacando y destruyendo las células tiroideas. Al atrofiarse la glándula tiroides, no podrá producir hormonas tiroideas y la tiroiditis acabará evolucionando hacia un hipotiroidismo.

Para diagnosticarla además de los síntomas se encuentran elevaciones de 2 enzimas tiroideos muy importantes: anti-tiroperoxidasa (anti-TPO) y anti-tiroglobulina (anti-TG).

 

¿Cuáles son las principales causas de los problemas tiroideos?

La Medicina convencional se focaliza sobre todo en que se trata un proceso autoinmune, lo cual es cierto en la mayoría de los casos. Sin embargo, desde la Medicina Integrativa se tienen en cuenta otras causas que pueden provocar problemas tiroideos o un trastorno autoinmune que los genere. Entre ellas destacan:

  • Déficit de micronutrientes. Los más importantes son el selenio, zinc, yodo, tirosina, vitamina D, y omegas 3. Un exceso de yodo puede causar también problemas.
  • Factores genéticos.
  • Problemas de permeabilidad intestinal.
  • Disbiosis intestinal.
  • SIBO o sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado.
  • Intoxicación por metales pesados, principalmente el mercurio.
  • El estrés.
  • Ciertos medicamentos.
  • Celiaquía e intolerancia al gluten.
  • Agentes infecciosos: los más habituales son infecciones crónicas o recidivantes por virus latentes siendo el más importante el virus de Epstein Barr (VEB).

 

Tratamiento según la medicina oficial

Básicamente el tratamiento en la medicina oficial se basa en la sustitución hormonal en caso de que haya hipotiroidismo mediante la administración de levotiroxina.  Seguro que te suenan los dos nombres comerciales más conocidos en España: Eutirox® y Levothroid®.

Sin embargo, este enfoque no aborda la causa, sino que persigue únicamente mejorar los síntomas y en algunos casos no lo consigue.

Además, el hecho de administrar la tiroxina de forma externa hace que el organismo detecte que hay suficiente nivel de la misma, por lo que la hipófisis disminuye la producción de TSH. Al disminuir los niveles de TSH, la glándula tiroides no recibe estímulo para seguir produciendo tiroxina y aún baja más su producción. Esto hace que para solventar el problema debamos aumentar la dosis de levotiroxina administrada de forma oral. Éste es uno de los motivos por los que pacientes que empiezan por dosis de 25 o 50 mcg, al cabo de los años necesitan ir aumentando progresivamente hasta 100 mcg o más.

 

Tratamiento según la Medicina Integrativa

El objetivo no es sólo tratar el síntoma sino la causa. Por ello, es muy importante investigar si está presente alguna o varias de las causas enumeradas más arriba.  Por ello, entre las medidas aconsejadas, destacan las siguientes, y el hecho de que cada persona necesite una o varias de ellas dependerá de su caso particular.

  • Recomendaciones dietéticas: la más importante es la restricción de gluten, al inicio de forma temporal. Se aconsejarán más medidas en función de la patología intestinal o autoinmune concomitante.
  • Toma de micronutrientes: selenio, zinc, vitamina D, omegas 3, fitosteroles. A veces también es necesaria la vitamina A o el complejo de vitamina B. En cuanto al yodo a veces hay que recomendarlo y otras restringirlo. También se ha visto la utilidad de la ashwagandha.
  • Si la hubiera, tratar la permeabilidad intestinal, la disbiosis intestinal o el SIBO: dieta adecuada, prebióticos, probióticos (no en SIBO), melena de león, glutamina, omega 3, quercitina, cúrcuma, vitaminas, enzimas digestivos…
  • Tratar una posible intoxicación de metales pesados. Ya dijimos que el mercurio es el que está más implicado. Para ello, ha de hacerse tratamientos de quelación oral o endovenosa.
  • Si existe una infección crónica latente o recidivante por un virus, principalmente el virus Epstein Barr ha de tratarse. Los principales tratamientos son la microinmunoterapia, la micoterapia y la fitoterapia.
  • Gestión del estrés mediante recomendaciones de hábitos de vida, actividades y suplementos.
  • Investigar y tratar algún posible trastorno emocional. Habitualmente, gestión inadecuada del tiempo (“me falta tiempo”, “no llego a todo”, “voy a cien”…) o no verbalizar y callar cosas que se sienten por no molestar.

De cualquiera de todas estas patologías podrás encontrar más información de cómo tratarlas en los artículos específicos.